La piscina, filme de joven realizador
Fecha: 2012-06-19
Fuente: CUBARTE
Conformada, casi todo el tiempo, por
planos secuencia filmados en tiempo real ―con guión de Abel Arcos y fotografía
de Raúl Rodríguez―, La piscina (2011) es la ópera prima, en el
largometraje de ficción, del joven realizador Carlos Machado Quintela (La
Habana, 1984).
El guión, escrito en quince días, no excedió
las sesenta páginas e incluyó diálogos que partieron del propio director.
Graduado en la especialidad de Dirección en la Facultad de las Artes de los
Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) del Instituto Superior de Arte (ISA), Machado Quintela estudia, en la actualidad, tercer
año de guión en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de
los Baños. El rodaje de La piscina transcurrió en el 2009, pero ahora es
que tiene su estreno en los cines. El realizador y el experimentado Raúl
Rodríguez dibujaron completa la película. “Los planos comparten su
plasticidad”, precisó el joven.
La piscina centra su mirada en la relación que
se establece entre el entrenador Esteban (Raúl Capote) y cuatro adolescentes,
tres de ellos con limitaciones físicas: Diana (Mónica Molinet), Rodrigo (Felipe
García), Dany, con síndrome de Down (Marcos Costa) y Oscar (Carlos Javier
Martínez), quien, por algún motivo, es renuente a hablar. Los cinco personajes,
pertenecientes al mismo grupo, se reúnen, un día de sus vacaciones, alrededor
de una piscina para practicar la natación y dialogar entre ellos. A esto se
circunscribe la temática externa del filme, es decir, lo que sucede a lo largo
de sus 65 minutos.
La piscina tiene a su favor el humanismo conque ha retratado a sus personajes con limitaciones físicas, sin que estos sean diferentes a los “normales”. Ahora bien, a pesar de esta intención, sus logros formales, más la acertada actuación de cada uno de sus intérpretes, ¿cuál es su superobjetivo?, ¿qué nos han querido expresar y comunicarnos los realizadores? Por lo tanto, la temática interna, el subtexto, lo que subyace bajo la superficie, deberá ser interpretado por los espectadores, a partir de su propio mundo referencial, sensibilidad e inteligencia, de ahí que habrá varias lecturas del discurso expuesto.
En su concepción artística (contenido, estructura, tempo), la película, con toda intención, ha corrido un riesgo. Corresponde ahora al púbico, condicionado y acostumbrado a otra manera de asumir el cine, decir la última palabra.